para todos aquellos que no sabemos bien por qué nos sentimos solos y menos por qué desde siempre.

domingo, 21 de mayo de 2006

vacuidad

Ella podía suponer que fuera esa mañana gris y ese rocío que le humedecía la ropa casi sordamente. También podía pasarle la cuenta a las grúas del puerto y a ese barco viejo y sucio que se negaba a hundirse. Incluso podía argumentar que eran las nubes, sí, por qué no, esos cúmulos enormes y amenazantes que parecían inmunes al viento. ¿Dónde duele exactamente la melancolía?

martes, 9 de mayo de 2006

Payaso



Aquí, donde se esconde mi alma,
en esta gastada estructura de carnes y huesos,
por encima de mis entumidos pies y por debajo de mi ridículo sombrero,
hay pájaros, pájaros cargados de palabras y risas ahogadas.
Pájaros que alzarán el vuelo y soltarán su materia
y habrá corazones felices
y habrá corazones tristes que se inflamarán de palabras
y se inflamarán de risa.
Entonces ya no habrá más que hablar.
Y allí estaré yo, mirando a los ojos del mundo
sin esperar más respuestas, ni risas, ni besos, ni verbos.
Todo lo que buscamos está aquí adentro,
el universo entero habita en mis ojos.
Yo soy el verbo que enmudeció hasta encontrar la luz.
Y ahora que escucho la música es imposible que vuelva a hablar.
Porque detrás de todas las mentiras
hay un verdadero hombre esperando que las máscaras caigan,
que las luces se apaguen
y que el verbo no sea más que un suspiro inefable
que una brisa deposita a milímetros de la boca.

jueves, 4 de mayo de 2006

sopa



me preguntaba qué estarías mirando y estaba tan

lejos de adivinar que simplemente sorbí mi sopa,

así, casi sin prestarle atención ni a la primera ni a

la última de las cucharadas / pensé que un libro /

que una ventana por donde la luz derramase esa

materia dorada que tanto te gusta / pensé en ríos /

en olas, de esas que traen tanta espuma, que lo

revuelven todo, que se desarman para volver a

armarse, y uno siempre pensando que con más

fuerza esta vez, que sí, que ahora se revolverá todo,

que un amasijo de nubes y mar y arena, que ni la

memoria quedará indemne / pensé en hojas / nubes /

y mira por dónde andabas que ni en un millón /

que me perdí, pues, que está claro ,

y esa fiesta que parece no olvidarse