para todos aquellos que no sabemos bien por qué nos sentimos solos y menos por qué desde siempre.

martes, 31 de enero de 2006

solo



Y entonces me quedo

Ahí

Apenas los ojos asiendo levemente un trozo de universo

Un porche

Otros ojos

Un astro demasiado lejano – como todos-

Que finalmente siempre estoy solo

Atrapado en una hoja de papel

Rodeado de palabras

Buscando a tientas algo que ignoro

Besando cálidas bocas mudas

Olvidando los mismos

Qué si no el alma hablar

jueves, 12 de enero de 2006

fragmentos de viaje II

Ha saltado. ¿Cómo dice? Digo que usted hace un rato ha dado un salto, uno de esos saltos que a veces uno da cuando duerme y tiene un sueño que lo obliga a ello. Ah, disculpe si lo he molestado. ¿Estaba soñando? Sí. Yo intentaba dormir, pero casi nunca lo logro en los buses, no alcanzo a relajarme lo suficiente, tal vez desconfío de los conductores. Yo prefiero pensar que ellos no tienen ninguna intención de chocar. Es un pensamiento positivo. ¿Usted, por casualidad sabe algo de peces? Salvo que viven bajo el agua, no mucho. La mujer miró hacia la ventana y vio a lo lejos una bandada de tordos despegar del suelo y refugiarse en la copa de un árbol. El sujeto del asiento del lado se quedó pensando en peces. El bus sigue rodando hacia el sur, mientras ella se pregunta si ha tomado la decisión correcta cuando, frente al escritorio del director del diario, firmó el contrato que la liga por un año al cargo de editora del suplemento cultural del diario del sur. Eres soltera y joven, le había dicho el director, no tienes por qué no aceptar el desafío. Ella pensaba que justamente esas eran las razones para no aceptarlo, pero firmó y ahora sentada en ese bus, mirando como el paisaje parece deslizarse a través de la ventana, haciendo que lo más próximo mute con rapidez y lo lejano se mantenga presente, mira su débil reflejo fundido y perecedero acompañado de una mueca que no es más que duda. Se paró y caminó hacia el baño. El tipo con el que había conversado en el patio del restaurante está sentado en uno de los asientos del fondo, junto a la ventana. No hay nadie a su lado. Cuando la ve pasar de vuelta, le hace un gesto para que se siente un momento junto a él. Esos peces, le dice, esos peces están esperando una respuesta. Pero por qué peces, por qué no pájaros. El tipo del bigote se queda pensando, clava la vista en el respaldo del asiento de adelante y unos segundos después la vuelve a mirar. Porque el fondo del lago es un mundo indómito para quien sólo ve la superficie, no es lo mismo que mirar hacia el cielo en procura de pájaros, mientras uno parece abrirse, el otro se va estrechando. Entonces esos peces serían mis miedos ante lo desconocido o algo así. La referencia es clara, los peces representan al verbo, la palabra, ellos son preguntas que usted debe responder. Pero qué preguntas. Eso no lo sé. ¿Y el niño sobre el árbol? Piense una cosa, el único lugar donde un árbol puede estar es en la tierra, arraigado en ella, todo el resto de su sueño es agua. Lo del niño no lo sé aun, pero está claro que el árbol representa lo que para usted signifique estabilidad. Mhn, eso tiene sentido. Gracias, le dice antes de abandonar ese asiento y caminar por el estrecho pasillo hacia el suyo. Luego él se queda mirando un páramo verde donde unas vacas pastan indiferentes al paso del bus y piensa que aquello sí es equilibrio, pero luego piensa que no había una contraparte de ese equilibrio en ningún pensamiento inmediatamente anterior a las vacas, y que el adverbio “sí” estaba demás. Finalmente decide que lo que quiso decir es que la vida de vaca es un equilibrio, y habla de ésas vacas, aquellas que pastan ahora sobre un mullido colchón verde y no aquellas que esperan en un matadero, sin saberlo ellas, el golpe eléctrico que les privará de vida, de vida de vacas. O sea que la contraparte a esa vida no es más ni menos que la suya propia, saberse sobre ese bus que recorre kilómetros de carretera hacia el sur de Chile para agilizar los trámites de una herencia pequeña pero significativa.

lunes, 9 de enero de 2006

Ella en mi Cabeza


Estreno esta obra dirigida y actuada por mi hermano, la próxima semana, desde el jueves 19 de enero pueden disfrutarla en el Teatro del Parque, boulevard del Parque Arauco.

miércoles, 4 de enero de 2006

ausencia