memorias de un señor que alguna vez amó
en la sorda sustancia que se alimenta de mi pena
en los gestos desesperados que no logro articular
en todo ese paisaje nauseabundo que no es sino tu ausencia
aun sigo levantando piedras
aun los ojos bien abiertos respirando las calles vacías
nos fuimos tan de golpe
que ni los perros encuentran
el rastro
6 Comments:
uno podría ser tanto lápiz por ahí perdido y tanto papel guardado en la boca, pero uno es uno y se calla, se queda bien adentro lo que va a decir,
entonces un sonido sería, tal vez del silencio en una de esas calles,
febrero 28, 2006 6:44 p. m.
huelo plumas frescas, nada de tintineos, no es sutil, algo otro, lluvia cayendo a torrentes por la calle y todo el mundo bajando en balsas, borrachos de algún licor y cantando desafinadamente un trozo de absurdo... que gusto de leer a felipin
marzo 01, 2006 11:46 a. m.
"en todo este paisaje nauseabundo..." sin tu presencia, nos fuimos tan de golpe...uffff, que manera tan sencilla de contar toda una historia.
que mas hay!? despues de la ausencia. una trancisión a que,,,
marzo 04, 2006 9:06 a. m.
sí, metileno:
"nos fuimos tan de golpe
que ni los perros encuentran el rastro"
Tremendo.
Y qué triste tan fugaz tan inevitable tan vulgar
marzo 08, 2006 2:02 p. m.
¿recalcar los mismos versos que los otros?
a punto.
vaya poema. la ciudad nunca es la misma. ni siquiera las canciones son las mismas cuando se termiana algo. todo tan lleno de significado que acaba por marear.
marzo 11, 2006 6:29 a. m.
que tristeza irse así de golpe, dejando todas los escenarios vacíos con el eco que es lo único que dejan de las almas que no están más.
marzo 18, 2006 2:30 a. m.
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