para todos aquellos que no sabemos bien por qué nos sentimos solos y menos por qué desde siempre.

lunes, 9 de junio de 2008

postal de invierno

Sentado en una rústica silla de madera que antiguamente fue del color de la misma y que ahora, con varias capas de pintura, simula una decoloración propia del desgaste de los años, el hombre mira atento la copa de vino tinto y piensa: Estoy viendo una copa de vino tinto sobre una mesa de madera pintada de blanco. La mujer mira a su vez la misma copa de vino y piensa: Hace más de treinta años que lo veo mirar una copa de vino, incluso cuando esta mesa tenía el color original de la madera con que fue construida, antes que el tiempo se volviera denso y los días fuesen la arena que desciende, grano a grano hacia la bóveda de vidrio. Desde la ventana se ve el parque cubierto de nieve y algunos niños que se divierten arrojándose bolas de nieve. La leña de la estufa se parte cada tanto por efecto del fuego y emite un ruido como de fractura. El hombre toma la copa y bebe un pequeño sorbo de vino. La mujer mira hacia la ventana. Un trozo de leña se parte y golpea la pared de fierro de la estufa.

-Ha caído mucha nieve este invierno.

-Sí.-dice la mujer y una oleada de tiempo muerto sacude su cabeza.

3 Comments:

Blogger Cpunto said...

que texto breve y feroz, onda carver, una mirada torcida como que no y tan tan en el centro,

un gusto pue!

junio 09, 2008 3:30 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

muy bueno también.

me ha gustado tú blog amigo.

Lo añadiré a mi lista de blogs por visitar.

Saludos desde Córdoba, Argentina.

junio 26, 2008 3:51 p. m.

 
Blogger Rey muerto said...

Se desdibuja la sonrisa luminosa del primer encuentro, un opuesto. Uno puesto. Beso por el placer de leerte.

enero 24, 2009 12:42 p. m.

 

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